miércoles, octubre 18, 2006

Recuerdos

Por fin. Ahora lo sabe y no me arrepiento de habérselo dicho. Cuantas cosas han pasado y sin embargo parece que fue ayer. El tiempo se ha detenido con el propósito de hacerme daño. Para que lo niego...yo fui cómplice en eso.
Y es que parece que fue ayer cuando supe que estaba embarazada. Aunque la noticia no fue agradable ni para mi familia ni para la del padre, a mi no me importo.

Nació mi hijo. Mi hijo. Después de años puedo decir eso en voz alta.
Fueron meses muy bellos. Meses llenos de felicidad. De verdadera felicidad. Mi vida era cuidarlo, bañarlo, darle de comer...reírme con el. Era feliz de solo verlo alegrarse cuando le preparaba su comida. Le gustaba aplaudir con sus manitas aun torpes mientras decía "ma" "ma" Esa sonrisa inolvidable de solo un par de dientitos.
¿Y ahora? No queda nada. Solo juguetes, ropa y recuerdos en un baúl.

Después de todo aquello, despertaba porque escuchaba su respirar junto a mi. A veces mientras cocinaba, escuchaba su risa desde la recámara. Nunca me dio miedo. Siempre corría con la esperanza de verlo en su cuna. Pero siempre la encontre vacia.

Se lo dije a Andrés. Fue extraño como se lo dije. Sin hacer pausas, sin dejarlo hacer preguntas. Yo necesitaba decir todo eso. También fue curioso como me percate de cosas que ignore cuando viví aquello. Como lo mucho que me gustaba hablarle como una loca mientras tomaba su biberón. Le contaba todo lo que se me ocurría. De memorias de mi infancia hasta lo que pensaba hacer de comer al día siguiente.

Andrés no dijo nada, y el silencio que siguió fue insoportable. Y después de años pude llorar. Me permití recordarlo todo. Andrés me abrazo sin decir nada. Fue como si con su abrazo tratara de absorber mi llanto, mi dolor. Me alegro que no hubiera dicho esas palabras que llegue a odiar, 'lo siento mucho.' No se cuanto tiempo pase llorando. Cuando desperté Andrés estaba junto a mi, despierto.

Al siguiente día, Andrés me despertó, y me dijo que necesitaba que lo llevara a un lugar. Mas tarde me di cuenta que quería que lo llevara al cementerio. Hace mas de dos años que no voy. Tenía miedo. Al llegar Andrés tomo mi mano, y lo lleve hasta donde estaba. Mire la cara de Andrés cuando vio el nombre frente a nosotros.
-Siempre me gusto tu nombre, espero no te moleste que así le puse-
Y su respuesta fue un beso en la mejilla y esa sonrisa que solo el tiene. Y tal vez, en un futuro, cuando todo haya pasado y el dolor no sea tan fuerte, recordare ese día como un día hermoso entre Andrés y yo. Antes de irnos, Andrés saco un juguete de una bolsa y lo puso sobre el pasto.
-Yo no le traje nada- ¿Por qué no pensé en llevarle algo?
-Pero ya estas aquí- Y voy a volver, lo prometi.

He estado tranquila. Andrés se ha quedado conmigo todos estos días. Me ha dado el tiempo necesario para que yo sola le diga cada detalle, sin presión. Se ha empeñado en llevarme con sus hermanas al menos una semana. Mañana saldremos de la cuidad.

Me da miedo pensar que voy hacer si un día se va el de mi lado.
Hay noches en que siento que su mano sobre la mía es lo único que me detiene en este lugar.
Ha sido mi fuerza.