miércoles, junio 25, 2008

una pequeña luz...

Ya perdí la cuenta de las veces que me he sentado frente al monitor queriendo escribir para acabar haciendo cualquier otra cosa. Esta vez si que abandone el lugar, más de dos meses sin pararme por aquí…
Han pasado muchas cosas, esa es buena excusa. He tenido mucho trabajo, esa es otra. Y aunque si han pasado muchas cosas y aunque si he tenido mucho trabajo, la verdad es que no había querido escribir. Desde que empecé a escribir en un diario hace muchos años, lo hice con el único propósito de entender lo que me pasaba. Era más fácil escribirlo en algún pedazo de papel que contárselo a alguien. Escribía sin parar, a veces llorando para después volver a leerlo y reírme de lo absurdo que sonaba todo.
Estos dos meses han sido…no sé ni como describirlos. ¿Una montaña rusa de emociones? Tal vez.
Andrés y yo tuvimos una discusión que no sé si en algún momento se pueda olvidar por completo. Ahorita ve una película, y cada vez que volteo a verlo, me sonríe y me manda un beso porque sabe que eso siempre me hace reír.
-¿Qué tanto haces?-
-Escribiendo-
-¿Una carta de amor para mi? Debes empezar con un ‘querido, adorado y sexy Andrés…’-


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Entrada del diario domingo, 4 de mayo, 2008
No sé porque acepte ir a esa reunión el viernes. Por tres años seguidos cada vez que Andrés me invitaba, mi respuesta siempre fue no.
Pero esta vez cuando me lo pidió, le dije si sin recordar que Marlene trabaja con él. Cuando lo recordé ya era tarde, ya estaba frente a mi saludándome y preguntándome que era de mi vida. Nos habíamos sentado con dos amigos de Andrés, pero cuando llego ella, mi vocabulario se redujo a unas cuantas palabras. No podía concentrarme en lo que decían, solo escuchaba la risa suave de Marlene, en como le llamaba cariño y en la forma en que tomaba del brazo a Andrés cuando decía algo gracioso.
Marlene es una mujer guapa, nunca lo había notado. Mientras escuchaba a los tres hablar me di cuenta de lo mucho que tiene en común con Andrés. Y aunque me cuesta decirlo, no se me hace raro que Andrés haya tenido una relación seria con ella aunque él siempre lo haya negado. Es alegre, dulce, inteligente y guapa.
Nunca había sentido esa inseguridad que experimente frente a ella, nunca me había sentido tan poca cosa.
Ya la conocía, pero nunca los había visto juntos platicando. Al verlos así, platicando, riéndose, no pude evitar pensar que hacían bonita pareja. Siempre que imaginaba a Andrés con alguien, lo imaginaba con alguien así, alegre como él. Yo no soy así, ya no soy como antes, pero estoy lejos de ser risueña.
Ya en el apartamento le dije lo que me había prometido mil veces no volver a mencionar.
-Marlene si fue tu pareja, ¿cierto?- Inmediatamente se puso serio.
-No entiendo para que quieres saber.-
-Para saber a que atenerme. Hoy al verlos juntos me sentí extraña, no sabia como reaccionar y no me gusto sentirme así. ¿Te molesta que te pregunte de ella?-

-No me molesta que me preguntes de Marlene, me molesta la razón por la que lo haces. No necesitas que atenerte a nada-
-Aun no me has contestado. ¿No me quieres decir?-
-Intentamos tener una relación, pero no funciono.-
Quería olvidar lo que le había preguntado, quería olvidar lo que me había dicho y sin embargo mi maldita boca me traiciono.
-¿Entonces por que salías tanto con ella? ¿Por qué ella pensaba que si tenían algo?-
-Laila, ¿en verdad quieres saber lo que hacia?-
No, yo no quería pero eso no evito que lo imaginara.
-Ahora entiendo lo que sientes por Gerardo- Yo no quise decir eso, al menos no a él que sé que le molesta que se lo mencione.
-No es lo mismo, yo no quería saber sobre tu relación con él. Tal vez se te olvida que yo estuve ahí todos esos años, que te vi con cada uno de los hombres con los que salías. ¿Ya se te olvido las veces que te encontré con ese imbécil? ¿En verdad crees que yo quería saber aun más?-
Debí quedarme callada, debí dejar que se calmara. Y así, de la nada, por tonta le pregunte,
-¿Por qué lo odias tanto? El no tuvo la culpa de todo lo que paso-
-¿Cómo te atreves a decirme eso?
-Andrés, por favor entiéndeme-
-Entiendo que te haya dolido perder a tu hijo, no puedo ni imaginar lo que sentiste. Puedo entender eso y las estupideces que preferiste hacer para aliviar el dolor cuando tenias a tanta gente que estaba dispuesta a ayudarte. Pero no puedo entender que lo defiendas. Sé que tú lo permitiste, pero eso no justifica lo que te hizo. Yo te entiendo, ¿pero me entiendes tú a mí? ¿Imaginas lo que yo sentía al saber lo que te hacia y saber que yo no podía hacer nada? ¿Te acuerdas de lo que me decías? ‘No te metas Andrés, no quiero escucharte.’ ¿Sabes lo que era desear que te enamoraras de alguien y te alejaras de él? ¿Entiendes lo que eso era para mí? El fue el peor de todos, te usó, te humilló, te golpeó, te forzó. Y todavía...-
Ya no dijo mas, estaba furioso y yo no pude decirle nada. Lo ultimo que escuche de él fue un -no puedo…no puedo- y se salió.

Me quede sentada en la cama un buen rato, no pude ni llorar. Nunca había pensando en todo eso, yo pensé que había sido porque no le había dado importancia, pero ahora se que lo hice por cobarde. Se que él tiene razón, pero también sigo pensando que Gerardo no tuvo toda la culpa. El también tenía problemas, y aunque eso no lo justifica, yo fui la que dejo que todo eso pasara.
Ayer trate de hablar con Andrés, trate de explicarle las cosas aunque no estaba segura de que exactamente tenía que explicarle. Solo en un momento me miro, entreabrió los labios como par a decir algo, pero se detuvo y aparto su mirada de la mía. Volvió a repetir -no puedo, no puedo-
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Vuelvo a mirarlo, voltea, me regala una de sus sonrisas y me manda otro beso. Si, estos meses han sido una montaña rusa de emociones.


“Querido, adorado y sexy Andrés…”

miércoles, abril 09, 2008

de pollo, verduras y confesiones

Llevo un poco más de un mes en NY. Estuve en Miami por mas de un mes en un trabajo que resulto ser solo un dolor de cabeza. Pero bueno, ya estoy aquí y eso me tiene muy contenta. Andrés fue a visitarme, es un ángel le digo, porque fue a verme cuando las cosas no iban bien. Me acuerdo que un viernes por la tarde me llamo y le platique que tendría que quedarme dos semanas mas por unos problemas que había. Yo no quería sonar como una mujer desesperada pero acabe diciéndole algo como -Andrés...te extraño, quiero verte...necesito verte...por que no vienes...-
Después le dije que yo entendía que no podía faltar a su trabajo, pero al siguiente día llego al hotel donde me estaba quedando. Si no estaba seguro de mi desesperación por verlo (que lo dudo), lo pudo confirmar con mi reacción al verlo. Llore. ¡Llore!
Me le fui encima como estoy segura me le iría encima a un pastel de chocolate con cubierto de chocolate si no me causara migraña.
Lo primero que hicimos fue dormir. Si. Dormir.
Unos cuantos besos (o varios) y abrazos, pero solo dormimos. Yo no había podido dormir bien sin el a mi lado. Extrañe mucho despertar por las noches y saber que en cualquier momento que lo necesitara, podía acurrucarme en sus brazos.
Ya después si nos "dijimos" que tanto nos habíamos extrañado.
Y si lo extrañe mucho.
En ese tiempo que estuve lejos, extrañe esos detalles que a diario voy descubriendo con él. Extrañe esa horrible sopa de pollo que cocina para mi cuando estoy enferma. Es una sopa que siempre es mas agua que nada.
Extrañe esa manera en que arquea su ceja derecha y trata de disimular su sonrisa cuando le digo algo con lo que no esta de acuerdo y le causa gracia.
Extrañe escucharlo cantar mientras se baña. Siempre canta esa canción de los Beatles, “I saw her standing there.” Dice que le recuerda el momento en que me conoció.
Y no se que es mas horrible, si la manera en que he observado esos pequeños detalles o que por fin lo estoy admitiendo.

Desde que regrese, Andrés me dijo que el iba a cocinar los fines de semana. No me acuerdo mucho de sus razones que me dio para hacerlo, yo estaba muy ocupada escuchando a los jinetes anunciando el Apocalipsis.
Así que esos días se me han ido en risas. Los sábados despierta seguro de que ese día si podrá cocinar algo decente y los domingos acaba diciendo: -¿No se te antoja ir a algún lugar a comer?-
Hasta usa mi delantal rosa, creo que piensa que tal vez así no le echara tanta sal a la comida.
Me encanta escuchar su tono de desesperación llamándome cada vez que algo le sale mal.
El sábado me llamo porque se le estaba quemando las papas en el horno y al voltear un pedazo de pollo empanizado se le cayó al suelo. Se quejo muy indignado que él no tenia buena puntería y que no podía hacer mucho con solo dos manos. Yo tuve que morderme la lengua para no reírme y decirle que eso no era cierto. Tengo la mente demasiado retorcida y con el mi mente ya nunca esta en territorio inocente. Él me ha dicho que solo lo pervierto. Eso si lo dudo. Él es el que siempre me anda insinuando cosas con esa sonrisa que parece estar perpetuamente al borde de la risa.

También he descubierto que Andrés me pone nerviosa. Yo no diría que me hace sentir mariposas en el estomago. Más bien perecen unos rinocerontes.
Ayer yo estaba muy tranquila haciendo un trabajo cuando él entro al cuarto, recién bañadito y solamente con una toalla alrededor de la cintura. Mi reacción fue de lo peor. Me tape los ojos, claro, disimuladamente. Pero solo conseguí que se me acercara a preguntarme si me dolía la cabeza. Le dije que no y la voz me salio como si hubiera tomado una bocanada de helio de algún globo. No ayudo que él oliera a esos productos que anuncian en el televisor (y que a él le encantan) según con la advertencia de que las mujeres se volverán locas con la fragancia. Esas cosas infernales si funcionan.

Hace unas semanas me di cuenta de que en estos meses que hemos estado juntos, ninguno de los dos había dicho un “te amo”. Admito que al darme cuenta me dolió que él nunca me lo hubiera dicho. Se que estoy siendo ridícula porque me ha dicho que me quiere y que siempre ha estado enamorado de mi. ¿Eso implica un "te amo" no? Pero igual me dolió poquito. Pero no podía reclamar nada. En primera porque no hay nada que reclamar, me ha demostrado su amor todos estos años. Y además, yo también no lo había dicho. ¿Es un “te amo” diferente a un “te quiero”? A mi un “te amo” me suena mucho mas fuerte. Lo dije varias veces en voz alta sola en el cuarto y la verdad soné muy mal.
Pero a los pocos días ocurrió.
Yo traía su camisa puesta y el solo con su pantalón. Puse la canción “At last” de Etta James. Riéndome le dije que bailara conmigo. Y así de la nada me dijo,
-Me gusta como siempre caen tus rizos así…todos rebeldes como les dices tú. Ah Laila…eres hermosa. Tus facciones…tus hermosos ojos, tienes un no sé qué de angélico que es difícil describir.-
En ese momento se escaparon de mis labios esas dos palabras con tanta naturalidad que nos sorprendió a los dos, creo que más a mi. Intente explicarle porque no lo había dicho antes pero no me dejo. Me di cuenta que él también había pensado en eso, pero igual que yo por miedo no lo había dicho. ¿Miedo a que? No lo se, pero es un miedo que aun no me deja del todo. No olvidare su sonrisa y sus palabras, -No te imaginas cuanto te amo-

Y como va la canción…”I’ll never dance with another….”