jueves, septiembre 07, 2006

Tarde

La muerte viene sin previo aviso, sin consideraciones.
Han sido días largos y pesados. La semana pasada el padre de Andrés murió. Fue algo tan repentino, pero así es la muerte, así se siente.
Andrés nunca tuvo una buena relación con su padre. Siempre estaban discutiendo. Todavía recuerdo como Andrés me platicaba de sus peleas y de su deseo de irse de la casa. Tomo la primera oportunidad que tuvo para estudiar fuera de la cuidad. Su relación con su padre se redujo a unas pocas llamadas.
Soy muy mala para dar consejos y aun peor para consolar a las personas. Estos días días con Andrés han sido difíciles. No estoy acostumbrada a sentir esta preocupación con alguien. No se que hacer o que decirle para que se sienta mejor. He pensado en todos esos momentos en que yo fui quien necesito ayuda y como el era capaz de calmarme y hacerme olvidar aunque fuese por un momento. Es triste, tal vez patético que no sepa como ayudarlo. Muchos dicen que lo mejor que se puede hacer en estos casos es estar ahí y saber escuchar. Pero aun así me desespera saber que no puedo hacer nada o mejor dicho, no se que diablos hacer.
El es fuerte, siempre lo he admirado por eso. Pero se que bajo esa fortaleza que mostró frente a sus hermanas, el también esta sufriendo. El viernes al regresar del funeral me partió el corazón verlo llorar. No quizo hablar por un largo rato. Se acostó en mi cama sin decir nada.
Si no fuera por la gravedad de las cosas, mi actitud hubiera sido un chiste del cual los dos estaríamos riéndonos. Busque un libro de Neruda, y no pude encontrar ninguno. No pude encontrar nada que me diera una idea de que hacer.
Creo que eso fue algo mas que me deprimió ese día. Me desespera sentirme así. Hace tanto tiempo que no sentía tristeza de esta manera o esta precaución. Es agobiante saber que alguien tenga tanto poder sobre mi estado de ánimo. Pero me acuerdo de el ese día y no puedo evitar sentirme así. Después de todo, el ha sido el único que realmente se ha preocupado por mi estos años.
Me acosté junto a el y el se volteo hacia mi, ya no lloraba y me miraba. Estuvimos un rato así, no se si fue mucho o poco. Después puso su brazo sobre mi cintura. No se cuanto tiempo paso, hasta que el se quedo dormido. Me pregunto ¿que pensarían otras personas en mi lugar, que pensarían de el o de mi? Recordé todas esas veces en que sin tocarme y sin mirarme, Andrés estuvo conmigo, sin condiciones, sin exigencias, solo él. Creo que me quede un rato dormida, y cuando desperté ya era de noche, y Andrés me miraba. Sonrió como solo el sabe hacerlo, una sonrisa que no dice nada y mil cosas a la vez y después en voz baja, casi inaudible dijo:

-mi hermosa ayuda idónea-

Y como siempre, como tantas veces, fue el quien animo mi espíritu.

"Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo."
(Veinte poemas de amor y una cancion desesperada: Poema X)

17 comentarios:

V i l l a v i c e n c i o dijo...

Estimada Laila: te invito a conocer y presentarle a tus congéneres el blog de nuestra Revista Descontexto (http://descontexto.blogspot.com), si es que llega a ser de tu agrado, claro está. Cariños y mucha suerte.

Abi Finch dijo...

Creeme, que te entiendo perfecto, esa impotencia de no poder hacer nada para calmar el dolor, para ayudar...pero con solo estar a su lado, aunque sea en silencio, uno ayuda...
Saludos!

Priscila dijo...

Es dificil la situacion, Laila. Lo que es un hecho es que el mismo apoyo que tu sientes por parte de Andres, el lo siente contigo. Eso es lindo. Creo que te quiere muchisimo.

Un abrazo.

Tamara Blue dijo...

Te entiendo. Esa sensación se llama impotencia. Querer decir algo que borre las heridas de las personas que queremos y no poder siquiera hilar algo coherente. Ese dolor lo aminora el tiempo, quedan las cicatriz pero se aprende a vivir con eso.

Kristian dijo...

es fuerte cuando se kiere hacer o se tiene ke hacer algo y no se logra.

en fin , "la vida"

saludos desde la distacia.

il codino divino dijo...

Ciertamente es complicado...la muerte llega sin anunciarse...

¿Cómo consolar a alguién después de eso? Es tan difícil, no hay una respuesta única y correcta...

Yo creo que la mejor ayuda que puede tener Andrés es que siempre te va a encontrar, que sabe que puede contar contigo...eso es impagable y lo más reconfortante, seguro..

Un abrazo...

:: mArJo BrOs. :: dijo...

ujule que mala onda, la verdad es que no hay palabras que en esos momentos puedan aminorar el dolor, pero los abrazos, la compañia, el oido, y los hombros calientitos sirven mucho. Que bien que estuviste ahí para hacerlo sentir mejor. Saludos.

Prismatico dijo...

medio deprimente!!!!

arsoivan dijo...

tu blog es muy interesante, me encantaria conversar contigo... crees que puedas darme tu msn... ?

Vampire dijo...

que bien se ha de sentir tener al lado alguien como andres.... tus palabras siempre me llenan de una esquisita melacolia...gracias

sag dijo...

Que impotencia debes sentir, pero creo que aún sin palabras, el estar junto a él en estos momentos debe ser algo maravilloso que le estás demostrando.

Un beso

Antoinette dijo...

La verdad es que creo que no hay nada que nadie pueda hacer para dar consuelo en esas circunstancias, simplemente el dolor es irreparable. Pero quedarse callados, escuchando, presentes es una suerte de alivio.
Me he retirado un tiempo, pasé por acá a saludar y darte las gracias. Espero volver pronto con más cartas, más amor, más delirio.

bacio!

Rebe dijo...

No puedo decir nada.
Muy triste, y muy humano, Laila.

Abi Finch dijo...

Hola Laila...
Saludos

Salvatiere dijo...

Encantado con los versos de ese fragmento, y con la escena; conmovido..........


Saludos.




Agustin

HugoLara dijo...

Cosa inesperada y compleja la muerte..sin embargo, para alla vamos todos..sin distincion.

Saludos

Luna Lunita dijo...

solo puedo decir qu el te ama, y creo que tu tambien a el, a tu manera.