jueves, octubre 19, 2006

Intermedio III

Me espera una carretera frente a mi, un paisaje de un cielo nublado y Andrés a mi lado cantando mientras maneja. Canta pésimo por cierto.

Y estoy tranquila.


Update
En un cuarto de hotel, esperando la cena. Donas y café.
11:57pm

miércoles, octubre 18, 2006

Recuerdos

Por fin. Ahora lo sabe y no me arrepiento de habérselo dicho. Cuantas cosas han pasado y sin embargo parece que fue ayer. El tiempo se ha detenido con el propósito de hacerme daño. Para que lo niego...yo fui cómplice en eso.
Y es que parece que fue ayer cuando supe que estaba embarazada. Aunque la noticia no fue agradable ni para mi familia ni para la del padre, a mi no me importo.

Nació mi hijo. Mi hijo. Después de años puedo decir eso en voz alta.
Fueron meses muy bellos. Meses llenos de felicidad. De verdadera felicidad. Mi vida era cuidarlo, bañarlo, darle de comer...reírme con el. Era feliz de solo verlo alegrarse cuando le preparaba su comida. Le gustaba aplaudir con sus manitas aun torpes mientras decía "ma" "ma" Esa sonrisa inolvidable de solo un par de dientitos.
¿Y ahora? No queda nada. Solo juguetes, ropa y recuerdos en un baúl.

Después de todo aquello, despertaba porque escuchaba su respirar junto a mi. A veces mientras cocinaba, escuchaba su risa desde la recámara. Nunca me dio miedo. Siempre corría con la esperanza de verlo en su cuna. Pero siempre la encontre vacia.

Se lo dije a Andrés. Fue extraño como se lo dije. Sin hacer pausas, sin dejarlo hacer preguntas. Yo necesitaba decir todo eso. También fue curioso como me percate de cosas que ignore cuando viví aquello. Como lo mucho que me gustaba hablarle como una loca mientras tomaba su biberón. Le contaba todo lo que se me ocurría. De memorias de mi infancia hasta lo que pensaba hacer de comer al día siguiente.

Andrés no dijo nada, y el silencio que siguió fue insoportable. Y después de años pude llorar. Me permití recordarlo todo. Andrés me abrazo sin decir nada. Fue como si con su abrazo tratara de absorber mi llanto, mi dolor. Me alegro que no hubiera dicho esas palabras que llegue a odiar, 'lo siento mucho.' No se cuanto tiempo pase llorando. Cuando desperté Andrés estaba junto a mi, despierto.

Al siguiente día, Andrés me despertó, y me dijo que necesitaba que lo llevara a un lugar. Mas tarde me di cuenta que quería que lo llevara al cementerio. Hace mas de dos años que no voy. Tenía miedo. Al llegar Andrés tomo mi mano, y lo lleve hasta donde estaba. Mire la cara de Andrés cuando vio el nombre frente a nosotros.
-Siempre me gusto tu nombre, espero no te moleste que así le puse-
Y su respuesta fue un beso en la mejilla y esa sonrisa que solo el tiene. Y tal vez, en un futuro, cuando todo haya pasado y el dolor no sea tan fuerte, recordare ese día como un día hermoso entre Andrés y yo. Antes de irnos, Andrés saco un juguete de una bolsa y lo puso sobre el pasto.
-Yo no le traje nada- ¿Por qué no pensé en llevarle algo?
-Pero ya estas aquí- Y voy a volver, lo prometi.

He estado tranquila. Andrés se ha quedado conmigo todos estos días. Me ha dado el tiempo necesario para que yo sola le diga cada detalle, sin presión. Se ha empeñado en llevarme con sus hermanas al menos una semana. Mañana saldremos de la cuidad.

Me da miedo pensar que voy hacer si un día se va el de mi lado.
Hay noches en que siento que su mano sobre la mía es lo único que me detiene en este lugar.
Ha sido mi fuerza.

martes, octubre 03, 2006

Otoño sin prisas

He cambiado. No sé por que.

Pero que poco duro la alegría. No cabe duda, la felicidad es solo una buena racha. Como el que apuesta y gana, decide apostar de nuevo y ya...se acabo su suerte.

Andrés regreso el domingo por cuestiones de trabajo. En menos de una semana regresara con sus hermanas. Ayer como siempre intento cocinar y termino quemando la comida.
Hoy nos quedamos en el departamento, viendo una película y comiendo porquerías. Y así de la nada en la platica salieron comentarios, uno tras otro hasta que terminamos discutiendo.

-Ah Laila...lo que tu necesitas para que se te quite esa actitud es enamorarte-
-Y según tu...¿por que me haría bien eso?-
-Ves el porvenir con un pesimismo que la verdad no te hace ningún bien. Un amor te haría ver las cosas de distinta manera.-
-¿Ah si? ¿Así que necesito de mi alma gemela? - Andrés empezó a reír.
-Otra vez con esas nociones románticas.-
-¿Qué? ¿No me estas diciendo que necesito de un amor? Pues entonces necesito encontrar a mi alma gemela no?-
-Pues tu eres la que saco el tema de almas gemelas...yo no creo en eso-
-¿No? Pensé que si alguien creía en esas tonterías tendrias que ser tu.
-Ah...¿me estas llamando romántico? Contigo ya se que la palabra es casi un insulto.
-Es la verdad.-
-Te equivocas. Creo que pocos son los hombres que creen en eso de un alma gemela. Es un concepto, aunque te enojes, que va mas con las mujeres. Y no estoy diciendo que un hombre no piense eso, simplemente no es tan comun. Es un concepto trillado al que varias mujeres se aferran.
-¿Y es eso lo que quieres para mi?-
-Que necia eres. Aunque creo que hasta eso te haría bien. Deberías ser más optimista.-
-Se muy bien como soy y nunca he aparentado ser otra cosa. Eso de estar enamorada no me interesa-
-No te enojes. Deberías hacer un esfuerzo-
- Hago lo que puedo-
-Me gustaría saber si eso es mucho o poco.-


Conozco muy bien a Andrés y se que ya estaba un poco molesto. Después salio el tema de Gerardo. Andrés me ha dicho que me aleje pero no lo he hecho. Andrés realmente se molesto cuando dije que tal vez era amor. No sé porque no se dio cuenta que era una broma.Y en ese momento exploto.

-Y tu que sabes del amor? No amas a nadie, ni a ti misma. No me vengas con esa idea estúpida que tu sabes lo que es el amor y que por eso lo rechazas. Tu puedes repetirte eso mil veces si quieres, tal vez te lo creas. Pero a mi no me engañas. Tu no sabes nada del amor. Para poder amar a una persona tendrías que quererte a ti misma, tenerte respeto. Olvida esas estúpidas nociones románticas que tanto criticas. Amar es algo totalmente distinto. No puedes aspirar a nada con ese odio que le tienes a la vida. Lo único que buscas es justificar ese odio. Lo único que te mantiene al lado de Gerardo es tu maldito afán de querer un cómplice que solo alimente ese odio.-

Me dejo ahí, en medio del cuarto y se fue.
Me dolió que me dijera todo eso. Pero la verdad siempre duele.

Que patética existencia. Que patética.